Dedos artificiales de silicona, otro gran avance de la robótica

Una empresa de Hungría logra desarrollar unos dedos artificiales, capaces de sujetar objetos evaluando sus características de forma precisa para aplicarle la presión necesaria sin dañarlos. La funcionalidad y durabilidad de este dispositivo robótico lo hacen un gran candidato a ser aplicado en diversas áreas de la vida cotidiana.

La robótica ha sido siempre una de las grandes muestras del avance de la tecnología y el progreso humano. Ya sea para simular acciones físicas, como sucede en este caso, para ayudar a las personas en su trabajo o en el día a día, el desarrollo de mecanismos y dispositivos en este sentido ha despertado siempre una gran curiosidad. Uno de los campos donde más se ha experimentado ha sido a la hora de simular de forma artificial las extremidades y sus miembros del cuerpo humano. Pero el desarrollo de este tipo de tecnología no ha resultado por el momento nada asequible y aunque se han creado brazos que responden al tacto y manos que pueden asir objetos, se sigue buscando una tecnología que abarate su producción y que permita dotar de tacto y destreza a unos dedos artificiales.

Multi Vector - Robotic Hand

Y parece ser que en Hungría podrían haber dado con la tecla, ya que la empresa OptoForce ha creado un dispositivo en forma de “mano”, la cual mediante el uso de silicona y luz infrarroja en la yema de los dedos robóticos, puede calcular la fuerza a aplicar exactamente sobre un objeto. De momento han probado una mano de tres dedos que son capaces de sostener cuerpos muy frágiles como bombillas o huevos sin aplicarles excesiva presión. Otro de las pruebas que han sido capaces de llevar a cabo ha sido la de sujetar un vaso desechable mientras se iba vertiendo líquido en su interior con lo que la fuerza en la sujeción se incrementaba gradualmente.

Cuando los sensores de silicona, detectan la forma del objeto a sostener, aplican la presión que corresponda y dicha “yema” se deforma hasta adquirir la forma del objeto, lo que le permite saber la fuerza exacta a ejercer, gracias al uso de fotodiodos y sensores internos que procesan los cambios de la luz infrarroja. Además, la mano robótica es capaz de trabajar bajo temperaturas que oscilan entre -40C y 85C, algo que los hace idóneos para diferentes tipos de climas.

Todo ello se gestiona mediante el procesador instalado en la base del dispositivo y según los responsables de OptoForce, una de las principales cualidades de él es su robustez y durabilidad, lo que permite ofrecer una alta capacidad de carga y resistir de forma considerable la deformación.

Robots más humanos

En la compañía creadora se frotan las manos y su jefe de ventas, Ákos Dömötör, ha manifestado que sus dispositivos podrán aplicarse a otras estructuras robóticas, lo que permitirá a estas a su vez interactuar de una forma más real y segura con las personas ya que podrán reaccionar a diferentes situaciones según reciban la información a través de los sensores. El desarrollo de esta ciencia busca en parte, según reconoce Dömötör, sustituir a trabajadores humanos y es por ello que la creación de esta tecnología puede suponer un gran avance. Si bien, parece que hasta dentro de un tiempo no sabremos de su verdadera aplicación práctica en la vida real.